Nuestra historia se remonta muchos años atrás, cuando en el campo de mis padres sembramos unos naranjos para poder disfrutar de esta maravillosa fruta que nos brindan estas tierras valencianas..
Mi padre nunca fue partidario de echar fito-sanitarios y demás químicos a los naranjos a fin de poder comer una fruta lo más saludable posible, así que tardamos un poco más de tiempo en poder comer naranjas.
Pasaron los años y los naranjos comenzaron a dar frutos, unas naranjas jugosas y sabrosas, que nunca alcanzábamos a terminar porque habían demasiadas. Tantas naranjas que no se podían vender ,porque no había demasiadas, y tantas naranjas que ni regalando llegamos a consumir.
Entonces, como en mi casa tenemos ese espíritu emprendedor heredado de mi abuelo Juan, me puse a pensar que podría hacer con aquel excedente de naranja. De repente un día pensé que podría fermentarlas y hacer un vino espumoso, dicho y hecho....me puse manos a la obra a fin de lograr hacer realidad aquel vino espumoso que tenia en mi mente, un vino espumoso serio, de los de verdad, sin fantasías, lleno de burbujas y con la personalidad de las naranjas valencianas.
Después de mucho investigar y estudiar sobre el arte de hacer vinos, estudiar enología y hacer cuatrocientas pruebas, empecé a esbozar la que hoy es la fórmula de Azahar, un vino espumoso solemne, riguroso, brut nature, brut y extra brut, lleno de burbujas, de matices, de aromas cítricos, con personalidad de naranja, sin aditivos artificiales, hecho a mano, totalmente artesanal.
Un vino espumoso que da mucha conversación en la mesa, puesto que es un vino que no es habitual en nuestras casas, no es habitual en la vida cotidiana, un vino que sorprende al que lo prueba y cautiva el paladar del que lo prueba.
En la cava “El CLOT“, permanece en silencio y a temperatura constante durante un mínimo de 9 meses, quedando una parte de la producción guardada hasta 12, 18 y 24 meses.